Estarás de acuerdo conmigo en que nos gusta salir a comer fuera de casa y Sevilla es una ciudad que se presta a eso, por su clima, su ambiente y sus buenos alimentos.
Para muchos salir a comer a un restaurante es una buena forma de evadirse y romper con la rutina. Esto sumado a que uno de nuestros mayores placeres es comer, hace que no nos lo pensemos mucho y salgamos a que nos pongan la comida por delante.
Pero, ¿qué buscamos en un restaurante? ¿Qué nos lleva a visitar un restaurante por primera vez o repetir? Por supuesto la comida, su calidad, variedad, cantidad y presentación, pero hay muchos más elementos que rodean ese rato tan preciado y placentero, alicientes que nos hacen inclinarnos a ir a un restaurante, ya sea el mismo de siempre o uno nuevo.
Comencemos analizando nuestra actitud en un restaurante. Normalmente estamos con disposición relajada o así debería ser, dejando que todo suceda a nuestro alrededor. De aquí la importancia de un restaurante tranquilo y cómodo. Es muy importante el papel del personal del restaurante que debe preocuparse de servirte a tiempo y fijarse en que todo esté correcto. Por lo general, cuando estamos disfrutando de un rato ocioso no nos gusta llamar la atención a nadie porque nos falte o no nos guste algo, por eso es importante la atención que preste el camarero que nos sirve.
La ambientación del restaurante también es una invitación para que acudamos o no. Nos gusta encontrarnos en un ambiente agradable, luminoso, limpio y que transmita buen rollo. No nos gustan los locales ruidosos, pero tampoco debe haber absoluto silencio. Una música de ambiente nos hará sentirnos más cómodos y puede ser un elemento clave para transmitir sensaciones.
La decoración podrá importar más o menos, y en nuestra escala de valores tendrá diferentes posiciones, pero está claro que es algo relevante. Las personas somos curiosas y nos gusta examinarlo todo y encontrar los detalles más escondidos. De esta forma, un restaurante que cuide los detalles de su exterior estará llamando a la clientela, y cuidando los detalles del interior estará invitando a repetir. Si nos gusta la decoración de un restaurante, sumará puntos para visitarlo.
Por supuesto, nos gusta un restaurante que cuide su trato con el cliente, que lo conozca o se preocupe por conocerlo. El trato agradable con el cliente da encanto y personalidad al restaurante. En cierta forma buscamos familiaridad, si la encontramos es muy probable que volvamos a comer allí.
La suma de todos estos elementos y el precio, nos dará la relación calidad-precio. Un restaurante debe ofrecer una buena relación calidad-precio. Lo satisfechos que salgamos de un restaurante junto con lo que hemos pagado hará que establezcamos esa relación, que si es buena seguro repetiremos.
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